Todos tenemos un punto ciego - Martín Kunik
FICHA BIBLIOGRÁFICA
Autor: Martín Kunik
Género: poesía
Páginas: 62
ISBN: 978-631-00-0045-9
Editorial: Esa luna tiene agua
Serie: Cuarto menguante (poesía)
Año: 2023
Edición: 1°
Formato: libro impreso 21 x 15 cm
SOBRE EL LIBRO
Una colección de poemas que eternizan fragmentos de una vida. Circunstancias, apuestas, preguntas, instantes, paisajes regados por la lluvia de las emociones. El amor logrado y el amor perdido. El amor filial, ese que nunca acaba y siempre duele. La cotidianidad, el tesoro de las pequeñas cosas. Martín Kunik trabaja un pasado reflexivo y un futuro incierto. En el presente se piensa, se sincera, se eleva y se cae al compás de los días.
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SOBRE EL AUTOR
Martín Kunik nació en San Fernando, provincia de Buenos Aires, en 1978. Conoció la poesía a través de los talleres de Pedro Mairal y Alejandro Crotto. Le gustó e insistió con Clara Muschietti, quien le tuvo mucha paciencia. Persistió en el taller de Los Fatales con Tomás Rosner y Caro Rodriguero. Fue columnista de Perfil, La Nación y Bastión Digital. Organizó, editó y publicó la antología Nenes bien (Edhasa, 2016).
CONTRATAPA
Una soledad asfaltada recorre estos poemas. Una soledad urbana y laboral. Alguien raspa una tostada quemada y, mientras ve caer las migas carbonizadas en la bacha de la cocina, se dice: tengo que aprender a reparar. El paso del tiempo, la paternidad, los amores en construcción, los amores a boxes, las autopistas erráticas del ego, la fragilidad de la primera persona del singular: puntos ciegos de una vida que, metabolizados y convertidos en material poético, se vuelven aprendizaje o canción. Hay algo reparatorio en la voz de Martín Kunik, una voz que parece resumir los cien rostros del varón cansado. Todos tenemos un punto ciego, su primer libro, es la cosecha lenta, vital, del hombre que se interroga a sí mismo y que busca hacer pie en la gran cancha del mundo.
Rafael Otegui
Martín Kunik trabaja con la luz: a veces ilumina, a veces oscurece. Los versos de este libro traen pequeñas escenas de vida en las que el poeta elige cuándo cerrar los ojos, cuándo espiar por el rabillo, cuándo dejarse enceguecer. En esos ratos capturados al olvido y cantados a ritmos dispares hay hijos, padres, amores, miedos, derrotas y esperanzas. Juego de sombras y fulgores que armoniza un lirismo de alto vuelo con el habla de cualquier día.
María Staudenmann