VIENTO
En la orilla,
hundiendo los pies en la arena
mientras el agua pasa,
despejo las frustraciones.
El cuerpo se inmola
con el aire de la costa,
la sal entra en mi piel,
un perro se despereza.
Voy a ocuparme de mi vejez
un día de estos.
El mar espeja un cielo morado,
el sol ya no es sol y peino
con la mano un mechón blanco,
la herencia táctil de mi padre.
***
RÍO AGRIO
El pueblo en silencio ve pasar la brisa.
Tanques de agua, tendido eléctrico, árboles
son fisuras negras de un horizonte naranja.
La boca pastosa, los ojos sensibles
y el desborde de la culpa.
Es verano de nuevo,
el río agrio se seca en la estepa.
En este hogar improvisado recuerdo
esa noche de nubes oscuras
y a mí demente
borrando con el pie
pequeños agujeros
de un presagio de lluvia.